Cuando luchas contra una muralla embrujada
Tal vez con los años volvemos a la lejana infancia
porque allí se encuentran los únicos recuerdos del alma,
tal vez allí retornamos buscando la paz anhelada
que en el camino por la vida, no hemos encontrado esperanzas.
Gotas… pinceladas…susurros de amores… luego, nada,
cuando en la infancia me sentía protegido
dejé ese apoyo… debía encontrar yo mi sitio
sueños… capacidad me sobraba para comenzar el camino.
Pero una mala estrella se cruzó conmigo
y poco a poco destruyó lo bueno que había conocido
“alguien” me dijo un día.. y así fue lo dicho …
“tenías que estar muerto… si ella no estuviera contigo…”
Y así lo entendí pero nada podía cambiar lo escrito,
las victorias laborales hacían orgullosos mis triunfos
pero al final de mi tarea … caían como castillos
que nadie entendió el porque… se destruían por el camino.
Como perdido por un valle donde los árboles no han nacido
navego río abajo, río arriba que como gallego, hacemos lo mismo
y nunca puedo saber si bajo o si subo
que lo mejor sería quedarse sentado … en el descansillo.
Las nieblas, el viento las cambia de sitio,
el oleaje bravío se torna manso como plato servido
más, yo no sé si bajo o si subo… y en el descansillo,
me pregunto ¿Qué hago… para donde camino…?
Hablarlo es muy fácil… vivirlo… es un infierno de espinos,
¿marcharte…? De cobardes que de hombre no han tenido
pero yo mismo, a veces… me lo pienso … y me lo digo,
para luego volver ha luchar…pero ¿ subo, bajo…o estoy en el descansillo…?
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