Del calor del Teide a mis viejas montañas gallegas

El mes de la niebla ha llegado a mis viejas y pequeñas montañas gallegas
y hasta el parte ha confirmado que tendremos lluvias que estropeen la fiesta,
pero un aire cálido, procedente del Teide... tu tierra,
ha despejado esta niebla y brilla un tenue Sol, como la amistad sincera.

Y sonrió al sentir el aire del volcán que por nuestra tierra, jamás calienta
y es posible que mañana sonrías tú, si lees los cuentos que escribí a mis nietas
y como el día y la noche, existe la alegría y la tristeza
y como llega tu aire del Teide, bolboretas sonreiran en tus penas.

Somos humanos que vivimos lejos, en otras tierras,
pero cuando tu alma se nuble de tristeza, cierra los ojos, respira...
que notarás como el fresco del valle de mi tierra gallega,
te dirá "amiga... levántate... mira al Teide y olvida tus penas".

El amor de una madre, no se equipara con las que encuentras en la acera
pero es ley de vida y pobre de aquel que olvidarlas hiciera,
nadie puede hablar de amor, ni de sentimientos e incluso de penas,
si no recuerda por momentos, cuanto amor, nuestra madre nos diera.

Pero el amor y los sentimientos son distintos de la madre a la de la acera,
que sin ser mejores o peores, se diferencian en lo que al corazón llegan,
por un sentimos dulzura y cobijo... por el otro pasión que enciende nuestras venas,
pero uno será eterno... el otro es posible que cambie de dueña.

Estoy tan cansado de vivir que varias vidas tuve en lejanas tierras,
pero tal vez en el fondo me han hecho feliz conocer los días claros y las tormentas,
quiero esconderme en el fondo, oscuro y silencioso de mi cueva...
pero como un niño... veo por si llegó... el cálido susurro del Teide... tu tierra.

Y así, entre poemas y cuentos para mis nietas...
doy pinceladas de colores cuando a veces creo que me cubrió la mierda,
tal vez sólo sean parches o sueños que como bolboretas... vuelan...
pero ojalá duren y siga llegando el calor desde el Teide a mi tierra bella gallega.